La verdad es que tenía muchas ganas de hacer este curso. De primeras, puede resultar extraño que me guste trabajar con casos así de duros, pero la satisfacción que produce ayudar a recuperar estas pieles machacadas por los tratamientos y sobre todo que la gente te diga, ¡qué relajada me he quedado!, pues lo compensa todo.

Llevaba detrás de la Fundación Ricardo Fisas un año, pero no conseguía cuadrar el curso en mi agenda. Por fin ha llegado y ha comenzado la aventura. Una aventura de la que estoy aprendiendo mucho. No sólo a nivel profesional, también en lo personal. A la vez que instructivo es muy duro. Conocer los casos de primera mano en gente de cualquier edad impacta y mucho. Es por eso que me animé a llevarlo a cabo, eso, y el saber que cualquiera puede estar expuesto en cualquier momento de su vida.

El cáncer, puede ser una enfermedad crónica. Siempre y cuando se detecte a tiempo. Pero aún así da mucho miedo, y las consecuencias de los duros tratamientos es una de las causas. Lo que nunca me hubiera imaginado, es que la piel es un órgano que lo sufre de especial manera y de que la cosmética oncológica puede hacer mucho por ella.

Durante el curso, hemos conocido la enfermedad a fondo. Las causas y los tratamientos por parte de médicos oncólogos, radiólogos y muchos otros profesionales, además de testimonios reales, los que más interesan.

Los tratamientos oncológicos pueden afectar a la piel y al aspecto físico en general que pueden influir en la calidad de vida de las personas y en su confianza y seguridad individual. Lo mejor es la prevención y el tratamiento temprano. Nuestro papel va a ser ofrecer pautas fundamentales con soluciones sencillas, pensadas para contrarrestar los efectos y síntomas que el tratamiento oncológico provoca en la piel.

Cuando se lleva a cabo un riguroso tratamiento para superar un cáncer, se puede pensar que lo menos importante es la belleza y relajación. Sin embargo, se sabe que las personas que cuidan y se ocupan de su apariencia mientras reciben tratamiento médico, así como durante su recuperación, se ven y se curan mejor. Mejorando el aspecto físico, mejoraremos el estado de ánimo y lograremos que resulte más fácil recuperar el equilibrio interior, lo que revertirá en un mejor tratamiento del cáncer.

Es por esto que nuestra práctica profesional posicionará a la estética oncológica como una práctica de nueva generación ofreciendo tratamientos estéticos faciales, corporales y de maquillaje a todas aquellas personas que se encuentren en algunas de las diferentes etapas del cáncer: diagnóstico, tratamiento o recuperación.

Al atravesar una etapa de estrés y angustia, ocuparse del aspecto físico ayuda a reconciliarse con uno mismo. Por eso este gabinete de estética quiere ofrecer a los clientes esa posibilidad de cuidado al alcance todos. Poco a poco iremos enseñando todo lo que podemos hacer por estas personas.